¿Donde estoy?



Este es el diario de campaña de una mesa de rol, de
Swords & Wizardry: Whitebox, un retroclón de la edición original de Dungeons & Dragons (OD&D). En estas páginas se registran los avances, andanzas, y traspiés de los muchos aventureros que buscan hacerse un nombre y ganar fama y fortunas saqueando el mundo subterraneo y explorando las tierras salvajes, luchando contra monstruos fantásticos y batallando contra magos y guerreros, con espada y hechizo.

29.5.12

10ª Sesión


El grupo pasó unos días en Branson para luego asaltar nuevamente las profundidades del complejo subterráneo en las colinas más al norte. El viaje no tuvo eventos en particular, aunque el clima comenzó a acompañar con el final del invierno acercándose.

Dentro del lugar construido con bloques rojos, exploraron algúnas cámaras más, y se encontraron con dos criaturas anélidas, de más de dos metros de largo, el cuerpo protegido con segmentos de exoesqueleto, tenían varios apéndices parecidos a tentáculos alrededor de un negro pico como el de un loro, capaz de romper una cabeza humana. Estaban alimentándose de algo en el suelo. El grupo decidió pelear fuera de la cámara, obligando a los monstruos a pelear en un pasillo que era encontrado por otro más corto, el cual llevaba a una cámara. Allí esperaron Yakon el bárbaro y el seguidor de Óudenin, Rochabart para rodear a las criaturas. Una de las criaturas se percató de la presencia de los guerreros bajo la escalera, y fue hacia a ellos, mientras la otra fue directo al grueso de los aventureros que esperaban en el pasillo. Yakon y Rochabart pelearon bien, pero el segundo fue herido de gravedad y quedó en el suelo. Yakon siguió con el plan y la otra criatura fue despachada con rapidez, no sin antes atrapar con sus tentáculos y casi matar a Bonham, el arquero mercenario de Almandía, quien huyó de la pelea por el susto y se perdió en las oscuridad del lugar.

En la cámara donde estaban las dos criaturas encontraron los signos de una batalla de no hace mucho tiempo, con cinco hombres y un elfo, con algunas armaduras y armas, muertos en el suelo, junto con una docena de kobolds, desperdigados por la habitación. La cámara tenia cuatro columnas y una estatua de un elfo de altiva mirada. En la base había un símbolo: una flecha con tres puntas. La estatua se veía vieja y gastada por el paso del tiempo y de los habitantes de lugar. En una cámara posterior encontraron restos de lo que Yakon identificó como restos de un pudín negro, un monstruo gelatinoso de superficie corrosiva, altamente peligroso. Mientras se preparaban para abrir una puerta fueron sorprendidos por un puñado de ratas gigantes de pelaje blanco: estas fueron despachadas con relativa facilidad, pero se llevaron la vida de dos de los tres hombres contratados para cargar cosas (afectuosamente llamados "mulos" por los aventureros... a sus espaldas, obviamente). Cuando atravesaron la puerta se encontraron con tres zombies alimentándose de los restos de un cadáver que bien podría ser del mismo grupo que los encontrados anteriormente. Los vencieron en combate y adquirieron unas bandejas y unas copas de plata, junto con algunas monedas del cuerpo.

Decidieron dar por finalizada la incursión, y volvieron a Branson, para pasar la noche y repartir el botín ganado.

22.5.12

Cambio en el sistema monetario del juego

Por varios motivos, se implementa en el juego un nuevo sistema monetario, que es importante notar. En lugar la clásica relación monetaria de 1:10:100 (en piezas de oro, plata, y cobre, respectivamente), con la moneda de oro como la medida común para la compra y venta en el juego, se usará de ahora en más el estándar de plata. Esto quiere decir que la moneda corriente será la pieza de plata, y que la relación de valores será la siguiente: 1:10:50.

Es decir, que si una ballesta ligera costaba 25 piezas de oro, ahora cuesta 25 piezas de plata (o dos piezas de oro y cinco de plata; o 125 piezas de cobre). La adjudicación de puntos de experiencia también cambia, por lo que ahora, 1 pieza de oro equivale a 10 puntos de experiencia, 1 pieza de plata equivale a 1 PX, y 5 piezas de cobre equivalen a 1 PX. Los tesoros y botines se ajustarán al estándar de plata como es de esperarse, y las monedas de los personajes se pasarán a plata y/o oro pero con los valores actuales.

9ª Sesión

El grupo inició la sesión en la fortaleza de Nortumbria. Decidieron viajar a Malistair para venderle las armas conseguidas en la Tumba de Turizhas Bôr a Fodoren El Rojo, el líder de una aparente red de matones y otros caminantes del mundo ilegal, según el trato que habían arreglado tiempo atrás. Yakon también quería ofrecerle a Adriaxas el mago el veneno de araña que había conseguido en la última incursión con esperanzas de conseguir que éste le refine un veneno o un contraveneno para su uso, además de continuar sus estudios en el nuevo idioma que estaba aprendiendo.

Una vez en la ciudad, mientras resolvían sus varios asuntos, la clériga se encontró con Candor, el clérigo hermano de la fe que habían encontrado tiempo atrás en Nortumbria, y les había intercambiado la posición de un complejo subterráneo por otro que él estaba buscando (información que los llevó hasta la colonia enana de Melzohar, a la cual no pudieron ingresar). Allí, Almandía le reprochó a Candor que el lugar no era un complejo abandonado esperando ser saqueado y limpiado del toque corrupto del caos, sino un activo (y hermético) asentamiento enano. A esto Candor le aclaró que si llegaron a las montañas, es que fueron demasiado al norte, y que el lugar que él les había indicado estaba más al sur. La clériga se disculpó por su vehemencia, y prometió verse con él unos días después en la catedral de la ciudad.

Esa misma noche fueron también contactados por uno de los hombres de el Rojo, diciéndoles que éste tenía un trabajo para ellos. La cuestión era simple: debían encontrar a un tal Gerion, un elfo, de aspecto parecido a Fodoren (cabello rojo, piel pálida), en un lugar en el que se había ocultado luego de robarle un pergamino con una canción y un medallón de gran valor sentimental al mismísimo Fodoren. Les dijo también que este elfo era un ladrón, un traidor, y un mentiroso, y que había logrado arrastrar en su maraña de mentiras a algunos de los hombres de Fodoren. Además, les advirtió de que haría y diría lo que sea para escapar y salvar su pellejo. Las dudas de Yakon fueron rápidamente disipadas cuando el hombre aclaró que se les pagaría bien. El hombre también dijo con cierto dejo de sarcasmo que la clériga podría impartir su "santa justicia" a un ladrón traidor. Cuando los aventureros pidieron un tiempo para pensarlo, el hombre de el Rojo dio a entender que "no podían" rechazar el trabajo, y que debían realizarlo, como mucho, en un mes. Antes de retirarse, les otorgó la localización del lugar en el que se había guarecido, el cual resultó estar al norte de la villa de Branson y al sur de Melzohar, al parecer coincidiendo con el lugar que Candor les había indicado hacía tiempo (y que habían confundido con la colonia enana en un primer lugar).

Con el trabajo medio impuesto sobre los hombros, y bastante discusión acerca de si debían hacer o no algo que no habían elegido por cuenta propia, los aventureros partieron hacia Nortumbria para buscar a Rochabart, Roco, y Daelir, quienes se recuperaban del estupor del veneno de araña. El viaje no tuvo muchos eventos, aunque la noche anterior de partir escucharon el El Grifo Gris, una pudiente taverna del barrio de los mercaderes y artesanos, que habían habido varios ataques a caravanas en el camino entre Puickston y Nortumbria, y entre Pasosur y Malistair. En Puickston las noticias también se repetían. El viaje no tuvo ningún evento notable, y unos días después terminaron yendo hacia Branson atravesando los bosques elevados, para descansar una noche y luego encontrar el lugar que buscaban.

Comenzaron a explorarlo, matando a un ogro (que parecía custodiar y cobrar peaje en la entrada del lugar), y a dos viudas negras gigantes. Encontraron unas 1000 piezas de plata y unas 100 de oro, además de un martillo con punta de plata y trabajos en oro. Filimir, el mercenario de las dagas, murió por el veneno de las arañas. Partieron hacia Branson y pasaron allí una noche, recuperándose de la incursión.

Con la experiencia acumulada, Óudenin y Yakon subieron al segundo nivel. A Almandía le falta menos de un tercio de los puntos necesarios para pasar de nivel.

14.5.12

8ª Sesión


Una vez en la fortaleza de Nortumbria, el grupo pagó unas camas en El Dragón Verde, y pasaron unos días en el lugar recuperándose y planeando una nueva incursión a la Tumba de Turizhas Bôr. Con el invierno aun soplando tras sus espaldas, partieron hacia el oeste.

Una vez allí, se prepararon para ir directamente al segundo nivel. Descendieron la escalera y exploraron varias cámaras, encontrando en el camino dos sarcófagos destruidos (y vacíos), una antorcha vieja, envolturas de raciones de fieltro, una puerta trabada con clavos, y la carcasa de una araña gigante con varias flechas clavadas. También encontraron una cámara con tres zombies, uno de ellos un enano. La clériga intentó expulsarlos, pero su resolución no fue suficiente. Aún así, los muertos vivientes fueron destruidos con relativa facilidad por los guerreros. Tomaron el hacha de mano del enano zombie. Gracias al elfo, encontraron también una habitación secreta, la cual parecía ser el estudio y la pieza de alguien muerto hace tiempo. Un esqueleto con dos anillos en los huesudos dedos descansaba sobre una cama, así como también varios pergaminos, uno de ellos mágico y de origen clerical. Todo tenía un aspecto antiguo y frágil, y la mayoría de las cosas se desintegraban o desarmaban al tacto. También encontraron un cofre con 100 monedas de oro.

Decidieron volver a Nortumbria, satisfechos con el oro conseguido y el pergamino mágico, pero cuando caminaban por una encrucijada de pasillos, fueron atacados por una araña como la encontrada muerta anteriormente. Luego de un apretado combate que incluyó aceite que goteaba ardiendo del techo sobre la espalda de la criatura, ésta huyó con el cuerpo inconsciente de Roco el mercenario ballestero de Óudenin el elfo entre las mandíbulas. Siguieron el rastro de aceite, icor, y sangre roja por un pasillo hacia una enorme cámara con techo alto, toda cubierta de espesas telarañas, las cuales oscurecían la visión. En el lugar fueron emboscados por dos arañas más, que saltaron del techo, y luego una tercera, que resultó ser la primera que los había atacado. Rochabart, el allegado de Óudenin, fue envenenado en el combate también, al igual que Daelir, mercenario jabalinero de Yakon. Una vez ganada la batalla, buscaron y encontraron el cuerpo aparentemente sin vida de Roco, y salieron del lugar arrastrando tres cadáveres, hacia Nortumbria.

Allí tuvieron que decidir si dar o no por muertos a sus hombres, ya que los guardias del castillo no permitieron que entraran cadáveres al lugar, como era de esperarse. Yakon fue a las afueras del lugar a darle un entierro digno a Daelir. Convencido de que sus mercenarios solo estaban en un estupor parecido a la muerte, Óudenin buscó desesperado a alguien competente que le ayudara, y dio con el apotecario del castellano, un extraño anciano con ropaje de colores que se refería a todos con los que hablaba en tercera persona. Éste afirmo luego de una prueba con un líquido extraño que los hombres no estaban muertos, no aún al menos, y con el tiempo, y con suerte, quizás volvieran a la vida. Esto escuchó Yakon al volver, y corrió a desenterrar al hombre que había sepultado "vivo", junto con la ayuda del consternado elfo. Al día siguiente, tanto Rochabart como Roco, y aun el enterrado vivo Daelir, recobraron la consciencia, aunque muy enfermos y débiles. El apotecario les cobró una suma total de 200 piezas de oro por el "diagnóstico", una pequeña fortuna, realmente.

Mientras, el mago Naylu analizó los anillos y el pergamino mágico a través de las artes arcanas, y averiguó que el pergamino era uno de Protección Contra el Caos, pero que los anillos, a pesar de ser muy hermosos, eran mundanos.

Los personajes ganaron un botín de 100 piezas de oro en total, más dos anillos a tasar y vender más adelante, además del pergamino mágico. Cada uno ganó alrededor de 200 PX.

7.5.12

7ª Sesión

Una vez en Nortumbria, repartieron las monedas recuperadas de los orcos en el primer nivel de la Tumba de Turizhas Bôr, entre unos vasos de vino caliente y estofado, en el Dragón Verde, la única posada en la fortaleza y sus alrededores. Pasaron unos tres días en el lugar, y reclutaron a dos mercenarios más para realizar una incursión adicional a la Tumba, con intenciones de descender al segundo nivel.

Después de caminar entre la nieve por cinco horas, llegaron al lugar. Allí encontraron y despacharon fácilmente a 5 ratas gigantes que husmeaban unos escombros en una pequeña cámara oval. Mientras registraban los escombros (y recuperaban unas monedas en un saco perdido bajo los bloques), dos mercenarios puestos como vigías en la entrada fueron atacados con una jabalina y un hacha arrojadiza. Ingresaron rápido a la habitación y dieron aviso de lo sucedido. Miraron a través del pasillo con la lámpara de ojo de buey pero no pudieron ver nada más que la oscuridad a lo lejos. Juntaron rápido las monedas que faltaban y fueron hacia las cavernas más adelante, a ver si el ataque había provenido de allí. Encontraron las huesudas carcasas de los morlocks asesinados hacía meses ya ahi, pero no se atrevieron a tocarlas. Siguieron adelante e ingresaron a la capilla donde habían dado muerte a los orcos en la sesión pasada. Escucharon ruido y se prepararon al combate, pero para sorpresa de todos, en lugar de más orcos o alguna otra criatura del caos, se encontraron con tres hombres. Dos portaban armaduras de cuero y armas, y el otro un bastón y ropajes holgados. Con una mirada algo altiva se presentó a ellos como Naylu, y a los dos hombres como sus espadas de alquiler. Decía estar buscando alguna clase de conocimiento perdido en este lugar. El grupo le explicó que ellos estaban buscando cualquier clase de tesoro perdido en este lugar. Como sus objetivos compartían circunstancias, decidieron aunar fuerzas.

Siguieron buscando a sus furtivos atacantes, y los encontraron en una cámara cercana a las Criptas. Eran tres bárbaros de las tribus del norte, y al entrar en combate se entranzaron en una furia desmedida. A pesar de que pelearon con ferocidad, e hirieron de gravedad a Rochabart, el seguidor de Óudenin el elfo, fueron despachados. Intentaron interrogar a uno que había quedado gravemente herido, pero este se negó a contestar todas las preguntas, pidiendo solo "la marca o la muerte". Luego de algunos golpes le dieron lo que pidió y Yakon le cortó la garganta. Khaer-Tar, mercenario de la clériga, y tambíen oriundo de las tribus del norte, no se vió feliz con el trato que recibió el enemigo caído. En la cámara que residían encontraron un humilde campamento, y un baúl con ropajes de mercader ensangrentadas, mercancías varias (clavos, herraduras, herramientas simples, telas) y 600 piezas de plata y 30 de oro. Siguieron adelante y se aprestaron para descender al segundo nivel cuando fueron sorprendidos por una criatura, obviamente muerta viva, vestida para la batalla, con un hacha de combate, una armadura de escamas muy larga, y unos largos ropajes verde oscuros hechos jirones. La lucha fue algo dura, y uno de los mercenarios de Naylu fue decapitado por el guerrero espectral. Finalmente, lo destruyeron, y su cuerpo se deshizo en un viento de malignidad. Heridos y algo sobresaltados, los aventureros decidieron volver a Nortumbria para poder descansar e intentar explorar el segundo nivel mejor preparados. Khaer Tar el mercenario abandonó la compañía.

Durante la sesión, ganaron unos 100 puntos de experiencia.

6ª Sesión

Luego de pasar unas semanas en Malistair, con el bárbaro recuperándose de sus heridas contra la tarántula de montaña, compraron víveres (entre estos, equipamiento vario para construir un ariete y así tirar abajo la puerta que habían encontrado en su última expedición a las montañas), tradujeron el nombre sobre la puerta en la montaña, y ésta decía Melzohar, o "Mina Verde". También averiguaron que ese lugar había sido hace unos cien años una pequeña pero efectiva mina enana, con unos 500 habitantes, pero que algo se llevó a la mayoría de ellos a mejor vida sin aviso alguno. Los pocos que sobrevivieron escaparon a otros enclaves, la mayoría locos de remate. Por último, hacía unos años, una partida enana volvió al lugar con las intenciones de recuperar la mina. Nada se ha oído de ellos aún.

Una vez aprovisionados, partieron hacia Branson, y luego de una noche de descanso, hacia el norte, a la puerta de Melzohar. Luego del primer día de viaje hacia el norte, fueron interceptados entre las colinas boscosas por Tarver. Este les dijo que sabía lo que habían estado haciendo, y les ordenó que no siguieran más adelante con intenciones de perturbar a los enanos. Luego de un tenso (aunque confiado, por parte del grupo) debate, los aventureros siguieron yendo hacia el norte, pero prometieron desviarse antes de llegar a la montaña, y bajar al valle para ir a Puickston. Aunque esta era la intención, al llegar cerca del lugar y prepararse para cruzar el río, Yakon ingresó a la caverna e intentó abrirla nuevamente. Como era de esperarse, no pudo, ni hubo respuesta alguna. Dos días de viaje adicionales los llevaron al apacible pueblo de Puickston. Pasaron una noche en el lugar, y entre cervezas y canción de la mano del elfo y su laúd, decidieron volver a la Tumba de Turizhas Bôr, para completar de explorar lo que les faltaba del primer nivel y buscar algún botín, ya que sus bolsillos habían enflaquecido bastante con las dos fallidas expediciones a la montaña.

Viajaron a la fortaleza de Nortumbria, y luego a la tumba en cuestión. Una vez allí, exploraron tres cámaras que les faltaban, lucharon contra los orcos que habían encontrado antes en las criptas, estos estaban atrincherados en una capilla derruida, pero fueron despachados a fuerza de virotes, aceite ardiente, y espadas. Se quedaron con un botín de 120 piezas de oro y 600 piezas de plata, probablemente resultado de saqueos a caravanas. Después de esto volvieron a la fortaleza para repartirse las monedas robadas. Cada jugador ganó unos 80 puntos de experiencia.

2.5.12

5ª Sesión

El grupo comenzó la sesión con los personajes en Branson, con intenciones de viajar al norte, en búsqueda de un complejo subterráneo que estaba por allí según la información que el clérigo Candor les había dado. Con un buen clima partieron al día siguiente, luego de pasar la noche en el lugar. Siguieron el río recorriendo mucho terreno, boscoso y escarpado. Registraron todo el terreno recorrido en búsqueda de ruinas o una entrada a la tierra pero no encontraron nada de interés. Pasaron la noche en las colinas. Al otro día siguieron viajando al norte y rastrillando el terreno, y no encontraron nada hasta llegar a una cadena montañosa más al norte, allí encontraron una caverna alta, en la cual había un manantial y una laguna donde nace el Río Ocre. En el interior, encontraron un imponente portón hacia el interior de la montaña, reforzado con hierro y acero, y un mecanismo de barras de metal sobre eso. Habían huellas de ingreso y egreso reciente. No encontraron como abrirla, y no obtuvieron respuesta al golpearla. A fuerza de músculos la puerta no se inmutó tampoco. Notaron unas escrituras en lengua enana sobre esta. Almandía, la clériga, tomó nota de ellas para luego ver si era posible traducirlas en Malistair.

Acamparon cerca, y durante la noche fría fueron atacados por tarántulas gigantes, grises, de montaña. A una la obligaron a huir, gracias a Yakon y su habilidad de combate. La otra se llevó a Almoir, un jabalinero mercenario contratado hace poco, hacia arriba de la montaña, dejando atrás solo una jabalina y un manchón de sangre. Al día siguiente Yakon se decidió a escalar y ver si podía encontrar la guarida de la criatura. El rastro de sangre llevó hasta una pequeña cueva, más bien una grieta, a unos 50 metros de altura. Luego de explorar parte del túnel atestado de telas, huesos y sangre, el bárbaro se encontró con el arácnido. Intentó batallarlo pero terminó siendo mordido y perdió la consciencia. El elfo, la clériga, y un mercenario subieron a buscarlo, y utilizando trampas de oso, aceite ardiendo, y antorchas, lograron vencerla. Almoir estaba muerto, pero el bárbaro aun tenia pulso. Un día después recuperó la consciencia. Acamparon en el lugar, aunque más lejos, y volvieron a Branson. Ahí pasaron la noche nuevamente. El clima durante todos los días fue muy duro, con viento y nieve cayendo constantemente.

Después de esto partieron a Malistair, donde se encargaron de pagar la mensualidad del piso que alquilan, recuperarse de las heridas, y demás asuntos. En sus viajes, ganaron alrededor de 80 PX cada uno, y no recuperaron nada de tesoro.

30.4.12

4ª Sesión

En La Cripta del primer nivel de La Tumba de Turizhas Bôr el grupo fue encontrado por una partida de orcos mientras recuperaban el tesoro de la ánfora, posiblemente atraídos por el ruido de la batalla contra los muertos vivientes. Yakon intentó engañarlos pero no tuvo éxito, y terminaron parlamentando tensamente. Los orcos exigieron una paga que el grupo consideró demasiado alta, y comenzó un combate que solo duró lo que tarda el disparo de una ballesta, ya que las criaturas se dieron a la fuga. Los aventureros intentaron seguirlos y emboscarlos, pero los humanoides se perdieron en las profundidades del lugar y no regresaron. Mientras esperaban, fueron encontrados por tres cien pies gigantes, los cuales fueron despachados rápidamente.

Después de esto, la compañía decidió dejar el lugar y viajar a la fortaleza de Nortumbria para pasar la noche y dividir el tesoro. Recuperaron 100 piezas de oro y 800 de plata, y 60 puntos de experiencia para cada uno, dando un total de alrededor de 180 puntos de experiencia para cada uno. Dos mercenarios cayeron en combate.

Luego decidieron viajar a Malistair para después dirigirse a Branson y finalmente encontrar el lugar que supuestamente yacía al norte de la pequeña aldea, todo esto según la información que intercambiaron con el clérigo en Nortumbria unos días antes. En la ciudad, mientras se reabastecían para el viaje, fueron convocados por un personaje con el nombre de Foroden "El Rojo", un carismático elfo del barrio de los puertos que parece dirigir una suerte de red de matones y corta cuellos que operan en la ciudad. Les ofreció una oferta "que no podían rechazar". Esta consistía en venderle a él todas las armas y armaduras que consiguieran, en lugar de a los mercaderes afiliados a los gremios.

El único inconveniente durante el viaje a Branson fue el mal clima invernal y un desvío que los llevó más al norte de lo que esperaban. Llegaron a la aldea cansados , y comieron una comida caliente y compartiron unos relatos de sus aventuras con los locales. Al final del relato de Yakon, se les acercó un hombre con las ropas de un explorador. Éste les dio una suerte de amenaza disfrazada de advertencia, o al revés, al decirles que Branson era un lugar pacífico, y que cualesquiera que fuesen sus intenciones, que no alteraran la paz ni trajeran atención indeseada de los alrededores a la aldea. Terminado esto, Tarver (pues asi se llamaba), les pagó una ronda de cervezas y se retiro, sin compartirlas con ellos. Todos los integrantes del grupo aceptaron algo sorprendidos, pero no le dieron mucha importancia.

24.4.12

3ª Sesión

El grupo había finalizado la sesión anterior dentro del laberinto bajo la Atalaya de Irwich, en el segundo nivel, luego de una lucha con gnolls y una araña gigante amaestrada. Sin más botín que las armas recuperadas de los oponentes, y dos cuerpos que cargar, emergieron a la superficie y partieron hacia PasoSur, donde pasaron la noche. Allí hicieron cuenta de alrededor de 150 puntos de experiencia para el elfo y el bárbaro.

Al día siguiente iniciaron camino hacia Malistair, y allí tuvieron un encuentro con una mujer y tres hombres de mal aspecto que intentaban robarle o peor. A pesar de que ella se defendió y le rompió la nariz al más grande de ellos de un codazo, no fue rival para los otros dos hombres, pero fue salvada por el grupo, quienes dieron muerte a uno de ellos, los otros dos escaparon. La mujer resultó ser miembro de la orden clerical del Señor de la Maza Blanca, y estaba buscando aventuras fuera de la cocina del monasterio. Decidió unirse al grupo.

Luego de una semana en Malistair la compañía decidió investigar que sería de la Tumba de Turizhas Bôr, por lo que partieron al norte, a la fortaleza de Nortumbria, en un complicado y pesado viaje de dos días, por culpa del mal clima invernal. Una vez allí intercambiaron nombres e información con otro grupo de aventureros, liderado por un clérigo de la Maza Blanca también, de nombre Candor. El clérigo buscaba un lugar llamado Los Salones Oscuros, o Bajomontaña. El grupo no conocía la localización del lugar, pero pensaron que podría estar refiriéndose al complejo bajo la Atalaya de Irwich, por lo que le dieron su localización general (aunque sin decirle que era, para su saber, la Atalaya de Irwich). Al día siguiente partieron a la Tumba de Turizhas Bôr.


El grupo compuesto por Oudenin el elfo, Yakon el guerrero del norte, Almendía la clériga, siete mercenarios, y tres hombres para usos varios, realizaron una incursión a la ya conocida Tumba de Turizhas Bôr. Habían ingresado a ella por última vez más de dos meses atrás. En el poco trayecto lucharon contra dos zombies de ropajes extraños y cuatro esqueletos con armas relativamente en buen estado en la cámara de una estatua sosteniendo una ánfora repleta de monedas, pero que saben que tiene una trampa de gas venenoso. 


Mientras quitaban el tesoro de la ánfora con un cucharón, escucharon ruidos fuera del pasillo de la cripta. Como la sesión finalizó dentro del lugar, no han adquirido botín ni PX.

16.4.12

La Fosa Común

A continuación se anotarán los mercenarios caídos desde este punto en adelante. Las entradas serán breves y concisas:
  • Dorkun, muerto en el primer nivel de la Atalaya de Irwich, por una trampa de mangual en la guarida de un ogro.
  • Loyd, muerto a las afueras de la Atalaya de Irwich, por ballesteros orcos.
  • Delal, luchaba con un hacha a dos manos, muerto en el segundo nivel de la Atalaya de Irwich por un hachero gnoll. 
  • Dastaron, soldado de hacha  y escudo, muerto por el golpe de un zombie en el primer nivel de la Tumba de Turizhas Bôr.
  • Lastas, arquero rufián de los puertos, asesinado en una cripta en el primer nivel por un zombie.
  • Almoir, javalinero, muerto por una tarántula gigante de montaña a las afueras de Melzohar.
  • Varek-Zhar, hondero de las tribus del norte, asesinado por una tarántula gigante de montaña a unos kilómetros de Melzohar.
  • Mercenario de Naylu el Mago, sin nombre, decapitado por un guerrero espectral en el primer nivel de la Tumba de Turizhas Bôr.
  • Filimir, ágil luchador afin al uso de las dagas, fue muerto por el veneno de una viuda negra gigante , en un complejo subterráneo al norte de Branson.